En el mismo libro en el que encontré la gaviota, descubrí estas barcas y me animé a transportarlas a un lienzo.
La técnica que utilicé fue óleo, pero al final me animé con la espátula y tengo que reconocer que fue gratificante trabajar con ella.
Hace poco descubrí un fallo que cometí cuando lo pinté y que nadie se había dado cuenta. El mástil de barco apoyaba en el horizonte, así que preparé óleo y lo arreglé.